miércoles, noviembre 01, 2006

Raros, feos y malos en la Argentina pura


No cabe duda que, a 30 años del golpe de 1976, los argentinos seguimos siendo bastante derechos y humanos.

Si faltaba alguna muestra, casi contemporáneamente con el Día Internacional Contra la Discriminación Racial, un fallo del juez en lo civil Julio César Dávalos vino a confirmarnos que no hubo discriminación alguna en el caso de una mujer que se negó a alquilarle su departamento a un matrimonio cuando se enteró que era de origen judío.

La pareja había dejado una seña. Pero no bien la propietaria se enteró la identidad de los candidatos a inquilinos, le exigió a la inmobiliaria que la devolviera, señalando que no quería "ni judíos, ni chinos, ni coreanos, ni homosexuales" en su departamento. Para mayor precisión, agregó que sólo le alquilaría a "un argentino que sea del barrio y tome mate".

La dueña del departamento alegó en el juicio que simplemente estaba ejerciendo su derecho a la propiedad y que tenía miedo que, por ser judía, a la pareja -y, por consiguiente, a su inmueble- le pusieran una bomba.

El juez recurrió a una pericia psicológica para entender la reacción de la propietaria. Y, con esa asistencia técnica, concluyó que "el atentado a las Torres Gemelas tal vez le generó un temor especial. Sus miedos surgieron de una circunstancia mundialmente impresionante y peligrosa". Y agregó que, por sus características, a la señora le produce temor "lo raro, lo extraño, lo desagradable o lo incontrolable".

Lo raro, lo extraño, en realidad, resulta el fallo del juez. ¿Supondrá Su Señoría que los miles de muertos en las Torres Gemelas eran judíos y por eso la demandada tiene razón? ¿O conjeturará que Bin Laden y los suyos siguen con especial atención el movimiento inmobiliario de la zona norte de Buenos Aires?

¿Entenderá el juez que las personas de la comunidad judía son parte del conglomerado que a la propietaria atemoriza por ser integrantes del conjunto de "lo raro, lo extraño, lo desagradable o lo incontrolable"? ¿O considerará el magistrado, al darle la razón a la señora, que chinos, coreanos, homosexuales y los que se abstienen del mate también integran o pueden llegar a conformar ese grupo que la mujer asocia, fatídicamente, con las imágenes apabullantes de las Torres desplomándose?

Por estos días sensibles a las voces de la historia también se conoció un relevamiento del Comité de Solidaridad de Familiares Argentinos Exiliados en España. Allí se señala que 1.900 desaparecidos durante la dictadura militar eran de origen judío, cuando esta comunidad apenas representaba el 0,8% de la población.

¿Será que los judíos derivan, indefectibles, hacia el marxismo, como predicaba con sangrienta constancia el general Camps? ¿O que la Argentina derecha y humana practica con cotidiana potencia la discriminación, práctica que se nota hasta en las hinchadas de fútbol que suelen cantar en contra de "paraguas" y "bolitas"? Y que también se ejerce, paradójicamente, en especial en las disco, contra esas personas morochas, por demás criollas, a quienes se les dice "cabeza" o "cabecitas negras", haciendo caso omiso al hecho de que —como reclama la propietaria— suelen tomar mate a destajo.

Esto "nos hace dar la impresión de que no maduramos a través de los años", comentó el almirante Godoy, jefe de la Armada, no bien se hizo público el reciente caso del espionaje a civiles por parte de altos oficiales de su fuerza. Quizá no sea una simple impresión la del almirante y en la Argentina -en especial, en la Marina y bajo su responsabilidad- las brevas aún no estén maduras: el país que aplaudió el golpe de 1976 parece seguir poderosamente vivo.

Copyright 1996-2006 Clarín.com - All rights reserved

No hay comentarios.: