Para su aniversario de bodas, Jeannette Yarborough quería regalarle algo distinto a su marido. Pagó 5000 dólares y un cirujano le reparó el himen para que quedara como si nunca nada hubiera ocurrido, para parecer virgen otra vez. "Es el mayor regalo para un hombre que lo tiene todo", explicó Yarborough, de 40 años.
Después de las oleadas de operaciones de nariz y mamas, de la liposucción y el botox, la himenoplastia se está popularizando en Estados Unidos, según un relevamiento de The Wall Street Journal y The New York Times. De hecho, la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos (ASPS, por sus siglas en inglés) afirma que se trata de una de las cirujías más demandadas en los últimos tiempos.
Algunas clínicas promueven la "revirginización" en diarios, revistas y páginas específicas de Internet. El costo oscila entre un mínimo de 1800 dólares y un máximo de 6000, ya que depende de los honorarios médicos y de las características de cada paciente. Una operación para colocarse siliconas en los pechos cuesta unos 4000 dólares.
Pero la nueva tendencia provoca críticas variadas: líderes religiosos cristianos y musulmanes lo equiparan a una mentira y una afrenta a la promoción de la abstinencia sexual entre los jóvenes hasta llegar al matrimonio. Y para las feministas puede ser una mutilación y una concesión de las mujeres ante una pretensión machista.
Para quienes publicitan sus servicios, como la dueña del Centro de Belleza y Salud Ridgewood, cerca de Nueva York, Esmeralda Venegas, sólo es una cuestión de mercado, aun cuando admite que para muchos puede tratarse de un engaño. "Soy feminista, pero existe una demanda para esto y alguien tiene que proveerlo", argumentó a The Wall Street Journal.
Aunque la ASPS no aporta datos estadísticos sobre la cantidad de himenoplastias practicadas en los últimos años, la práctica se estima que ha crecido de manera exponencial. Así, por ejemplo, ginecólogos en Nueva Jersey, como Marco Pelosi, afirman que ahora efectúa unas 10 reparaciones al mes, comparadas con las 2 al año que solía hacer una década antes.
Los intentos diversos por reparar el himen se retrotraen, en rigor, por siglos, cuando sólo esa membrana era prueba fehaciente de la virginidad de la mujer cuando se trataba de acordar su casamiento, un hito cultural y religioso.
Este tipo de cirugía, que no demanda una hospitalización, también se plantea en ciertos casos de abuso sexual y sólo requiere anestesia local y algunos puntos disolubles. La recuperación lleva unas seis semanas y el riesgo de fiebre o una infección es bajo, según el jefe del Area de Tendencias Emergentes de la ASPS, Leroy Young.
Etica en duda: Los propios médicos tampoco están convencidos de la nueva tendencia. Así lo comunicó el Comité de Etica del Colegio de Obstetras y Ginecólogos de los Estados Unidos a todos sus miembros, dado que la técnica aplicada no aparece en la literatura médica y no se enseña en las universidades o en las residencias hospitalarias.
Pelosi recuerda que, de todos modos, "es un procedimiento muy simple, no es como un trasplante de corazón", y que las pacientes que deciden someterse a una himenoplastia "intentan mejorar sus vidas sexuales" combinando esa operación con una reducción quirúrgica del canal vaginal.
Todo eso, claro, también conlleva un aspecto económico, comercial y hasta empresarial. En el caso de otro médico, Edward Jacobson, quien trabaja en el estado de Connecticut y tiene su propia página de Internet, ofrece un paquete a sus clientes potenciales que incluye la operación, pasajes aéreos, traslado en limusina y reservas hoteleras.
Jacobson, al igual que decenas más de cirujanos plásticos, describe sus servicios como "rejuvenecimiento vaginal", que también pueden incluir otras técnicas y cirugías adicionales en la zona de los genitales femeninos y costar entre 3500 y 8000 dólares, de acuerdo con The New York Times.
"Las mujeres se sienten no deseadas o feas. Incluso si nadie más puede ver esa zona, ellas la ven", explicó el ginecólogo Bernard Stern, quien comenzó a enfocarse en ese tipo de operaciones hace unos años, en Fort Lauderdale, Florida, y practica ahora entre 4 y 5 por día, a pacientes estadounidenses y de otros países.
Pero la himenoplastia tiene también otros bemoles. El primero es que cuando la membrana vuelva a romperse, causará una ligera hemorragia y cierto dolor e incomodidad durante las relaciones sexuales, que puede prolongarse durante semanas.
La segunda contra, aunque menor en un país de alto poder adquisitivo promedio como los Estados Unidos, recordó el doctor Young, de la ASPS, "es que esta es una operación bastante costosa para que dure una noche".
Hugo Alconada Mon
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lunes, octubre 30, 2006
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